Tras una minuciosa investigación, hemos resuelto el caso del piloto que hablaba con dios.
Hemos descubierto que los gritos de "¡Oh, dios mío! ¡Oh, dios mío!" no eran precisamente alabanzas al altísimo.
Tienen que ver más con la "actuación" de ciertas azafatas en la cabina de mando, en donde protagonizaron un striptease en pleno vuelo.
Vamos, que el piloto estaba loco,... ¡¡¡pero loco de contento!!!
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1 comentario:
¿Círculo "vicioso"? Y es que si nos ponemos a pensar:
a. Piloto que habla con Dios
b. Piloto que se folla a las azafatas
c. Masturbaciones de inspiración divina
Entonces, a implica b, b implica c y c implica a, y ya tenemos el círculo cerrado. Aquí va la prueba de que aparte de que existen pilotos que hablan con Dios o que se follan a las azafata, también hay de lo otro:
Onán (אוֹנָן "fuerte", hebreo Onan, hebreo tiberiano ʾÔnān) es un personaje que aparece en la Biblia (en el libro del Génesis). Era el segundo hijo de Judá. Su nombre es el origen del término sexual onanismo (que se usa como sinónimo de masturbación, si bien hace referencia al "coito interrumpido"), aunque muchos piensan que esto procede de una mala interpretación del texto bíblico.
Después de que su hermano mayor Er falleciera, Onán debía casarse con su viuda Tamar, tal y como dictaba la Ley judía. Según la Biblia, cada vez que tenía una relación sexual con su cuñada, eyaculaba sobre la tierra. Esto lo hacía porque pensaba (según la ley de su tiempo) que un hijo tenido con Tamar no sería considerado suyo, sino un niño tardo de su hermano. Este hijo tardo heredaría los derechos de la primogenitura (por ser considerado hijo de Er, el hermano mayor), desplazando a un segundo lugar a Onán.
Como respuesta a este acto de codicia, Dios mató a Onán.
Vamos, que el tío era un pajero de cuidao y lo del hijo era para disimular, y en él se puede reflejar la frase aquella de "matarse a pajas". Moraleja: Nunca llames a tu hijo Onán y encima le dejes estudiar para piloto.
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