La naturaleza y el sexo no son compatibles.
Como muestra un botón (mejor dos):
Una serpiente venenosa le muerde en el pene en una carretera australiana
Se destroza el pene tras tener sexo con un erizo para curarse la eyaculación precoz
Podría contar algún caso que conozco personalmente (en niguno conmigo de protagonista, claro está) que se acerca a estas historias, pero no quiero que algunos de mis seguidores se vean retratados.
jueves, 29 de mayo de 2008
viernes, 9 de mayo de 2008
El regalo de cumpleaños
¿Qué hacen tres compañeros de trabajo cuando acaban su jornada (algunos incluso no esperan ni a que acabe) y dejan la oficina?
¿Se van a sus casas? ¡¡¡Noooooo!!!
¿Se van a tomar una caña? ¡¡¡Noooooo!!!
...se van a comprar el regalo de cumpleaños de la mujer de uno de ellos.
Se lo juro, que lo he visto yo.
¿Y qué compran?
¿Bolsos? No, tiene la casa llena.
¿Ropa de deporte? Ya se la regalé.
¿Joyas? Tampoco (aquí el marido no se explica,...)
¿Perfumes? También tiene muchos.
Si es que tiene de todo, exclama el inimaginativo esposo.
¡Joder, pues vamos a la sección de lencería!, dice uno de los compañeros entregados a la causa.
No quiero ni pensar en ver a mi mujer con la lencería que elegirías tú..., responde con recochineo el futuro comprador.
Mejor un vestido, un vestido elegante.
Hasta ahí puedo contar, porque no cuento nada que no vean mis ojos y ya no vi más.
Al menos, contaré el final de la historia. Un final muy soso, por cierto.
Se saltaron la sección de lencería, eligieron un vestido gracias a la fundamental ayuda de la compañera femenina y, eso lo supongo, hoy hay una mujer -que tiene de todo- con un año más y un vestido elegido en equipo.
Me gustaba más la idea de acabar con la lencería, pero...
PD: El que quiera que se dé por aludido
PD1: Ya no me dejarán ir a jugar a futbito
¿Se van a sus casas? ¡¡¡Noooooo!!!
¿Se van a tomar una caña? ¡¡¡Noooooo!!!
...se van a comprar el regalo de cumpleaños de la mujer de uno de ellos.
Se lo juro, que lo he visto yo.
¿Y qué compran?
¿Bolsos? No, tiene la casa llena.
¿Ropa de deporte? Ya se la regalé.
¿Joyas? Tampoco (aquí el marido no se explica,...)
¿Perfumes? También tiene muchos.
Si es que tiene de todo, exclama el inimaginativo esposo.
¡Joder, pues vamos a la sección de lencería!, dice uno de los compañeros entregados a la causa.
No quiero ni pensar en ver a mi mujer con la lencería que elegirías tú..., responde con recochineo el futuro comprador.
Mejor un vestido, un vestido elegante.
Hasta ahí puedo contar, porque no cuento nada que no vean mis ojos y ya no vi más.
Al menos, contaré el final de la historia. Un final muy soso, por cierto.
Se saltaron la sección de lencería, eligieron un vestido gracias a la fundamental ayuda de la compañera femenina y, eso lo supongo, hoy hay una mujer -que tiene de todo- con un año más y un vestido elegido en equipo.
Me gustaba más la idea de acabar con la lencería, pero...
PD: El que quiera que se dé por aludido
PD1: Ya no me dejarán ir a jugar a futbito
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