Un piloto pierde el juicio en vuelo y pide hablar con Dios. Debía sufrir el mal de altura.
Esto me lleva a reflexionar sobre la futilidad de la vida. Un día estás aquí, otro estás allá. Todos tenemos nuestro día, pero ¿si vas en un avión y es el día del piloto? Pues estás jodido.
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